A pesar de ser un gran espacio abierto encerrado entre antiguos muros derruidos, la Arena de Combate no siempre fue lo que actualmente parece...

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Pisar este suelo no es un honor para todos, pues algunos carecen de valor para ello. Otros, sin embargo, nacieron con suficiente fuego en sus ojos como para enfrentarse a sus mayores miedos... Y solo ellos serán los dignos de hacerles frente en dicho lugar.

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El Internado Haustier fue antaño la mayor esperanza para que los monstruos del mundo pudieran prosperar, pero las diferencias entre dos grandes leyendas, Lucifer y Asmodeo, acabaron convirtiendolo en tan solo el recuerdo de ello tras una batalla que se recordaría por toda la eternidad...

La única solución tras tal desastre fue levantar un nuevo Internado en otro lugar, pero se optó por levantarlo cerca del anterior.

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La razón fue sencilla... Ocurriese lo que ocurriese en el futuro, el Internado debía ser protegido, así que se utilizaron las ruinas del anterior para construir una Arena de Combate.

En ese terreno sagrado se resolverían las diferencias que surgiesen entre los miembros de la escuela ya que, sufriese los daños que sufriese, la gran batalla que una vez hubo ahí dejó marcado el lugar con una poderosa magia que devolvía a los muros el aspecto que tenían cuando el combate finalizó.

De ese modo la Arena de Combate prosperó y aún prospera conservandose tal y como ellos la dejaron...

¿Cuán intenso será el fuego en tus ojos?...

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